Marzo de 2007
En la escuela salen notas para los alumnos de 6to. Año comentando acerca de la posibilidad de realizar el viaje a “marcha por la vida”.
Faltaba poco tiempo para la salida hacia Polonia, primer destino, y no sabíamos si íbamos a contar con alumnos para hacer el viaje.
En ese entonces recuerdo que atiné a decirle a mis asistentes que pegaran las notas y que los alumnos interesados vayan a hablar con Ruty, la coordindora de Educación Judía.
Pasada una semana, en un almuerzo Ruty y Vivi (rectora de Sede Belgrno) comentan que para “Marcha” la mayoría de los alumnos eran de una de las orientaciones que yo coordino.
Y si voy con ellos?
Me auto-propongo?
Me muero de ganas de ir…
No, no creo que me elijan…
Pero tengo realmente ganas de ir?
Me muero de ganas de ir…
Para no hacerme falsas expectativas me digo que igualmente es un viaje que tengo que hacer con mi familia en unos años, cuando mis hijos sean más grandes,
Que tengo muchas responsabilidades laborales en argentina como para no estar 2 semanas,
Que el idioma,
Que no puedo dejar a mi familia tanto tiempo,
Etc., etc., etc.
Pero me muero de ganas de ir…
Vivi me llama a su oficina.
Me dice que ella estaría muy tranquila de que yo acompañe al grupo de alumnos, que confiaba mucho en mí, y que la Comisión Directiva de la escuela quería también que yo viaje.
No podia ser verdad...
No me podía estar pasando..
Recuerdo que me quedé duro y al ratito empecé a llorar por dentro.
A recordar un poco mi historia personal.
A recordar los libros de Shoa que leí,
Las historias que me contaron...
Las charlas con sobrevivientes...
Aparecieron imágenes de mis abuelos, de mi papá, de mi compañera de ruta de toda la vida, de mis hijos…
Y ahora estoy aquí, ya de vuelta, tratando de expresar con palabras lo que sintió mi corazón en estos dias.
Principalmente quiero decirles que estoy inmensamente feliz por la posibilidad que tuve de acompañarlos en este viaje.
De abrir mi corazón al dolor y a la felicidad,
Al nerviosismo y a la tranquilidad,
A las risas y al llanto,
A las miradas cómplices y las distantes,
A los abrazos compartidos,
A contenerlos y que me contengan.
A las autoridades de la Escuela y a la Comisión Directiva MUCHAS GRACIAS.
A vos Roger,
Que te conozco desde que eras un chico,
Que estuve acompañandote y enseñandote en la preparacion de tu Bar Mitzva y ahora vos me enseñás a mi...
Agradecerte todo lo que nos acompañaste, y nos ayudaste para que este viaje sea imborrable en nuestras memorias.
Me llevo de esta masá una valija mucho más grande que la que perdí.
No creo que la vean, pero les aseguro que está repleta, rebalsa y se muere de ganas de explotar y poder transmitir a los que aún no vinieron lo que esto significa.
Está llena de fotos,
De momentos únicos e irrepetibles,
De inmenso dolor y profunda felicidad.,.
De incomprensión y ganas de poder explicar…
Aquí para mí no termina este viaje, sino que recién comienza.
Como nos decía Max, el sobreviviente con el que conversamos en la marcha, está en nosotros seguir transmitiéndo lo que pasó.
Sé que juntos lo vivimos con intensidad.
Sé que no lo vamos a olvidar y lo vamos a transmitir.
Gracias por compartir con nosotros este blog.
Marcelo Feiguin
En la escuela salen notas para los alumnos de 6to. Año comentando acerca de la posibilidad de realizar el viaje a “marcha por la vida”.
Faltaba poco tiempo para la salida hacia Polonia, primer destino, y no sabíamos si íbamos a contar con alumnos para hacer el viaje.
En ese entonces recuerdo que atiné a decirle a mis asistentes que pegaran las notas y que los alumnos interesados vayan a hablar con Ruty, la coordindora de Educación Judía.
Pasada una semana, en un almuerzo Ruty y Vivi (rectora de Sede Belgrno) comentan que para “Marcha” la mayoría de los alumnos eran de una de las orientaciones que yo coordino.
Y si voy con ellos?
Me auto-propongo?
Me muero de ganas de ir…
No, no creo que me elijan…
Pero tengo realmente ganas de ir?
Me muero de ganas de ir…
Para no hacerme falsas expectativas me digo que igualmente es un viaje que tengo que hacer con mi familia en unos años, cuando mis hijos sean más grandes,
Que tengo muchas responsabilidades laborales en argentina como para no estar 2 semanas,
Que el idioma,
Que no puedo dejar a mi familia tanto tiempo,
Etc., etc., etc.
Pero me muero de ganas de ir…
Vivi me llama a su oficina.
Me dice que ella estaría muy tranquila de que yo acompañe al grupo de alumnos, que confiaba mucho en mí, y que la Comisión Directiva de la escuela quería también que yo viaje.
No podia ser verdad...
No me podía estar pasando..
Recuerdo que me quedé duro y al ratito empecé a llorar por dentro.
A recordar un poco mi historia personal.
A recordar los libros de Shoa que leí,
Las historias que me contaron...
Las charlas con sobrevivientes...
Aparecieron imágenes de mis abuelos, de mi papá, de mi compañera de ruta de toda la vida, de mis hijos…
Y ahora estoy aquí, ya de vuelta, tratando de expresar con palabras lo que sintió mi corazón en estos dias.
Principalmente quiero decirles que estoy inmensamente feliz por la posibilidad que tuve de acompañarlos en este viaje.
De abrir mi corazón al dolor y a la felicidad,
Al nerviosismo y a la tranquilidad,
A las risas y al llanto,
A las miradas cómplices y las distantes,
A los abrazos compartidos,
A contenerlos y que me contengan.
A las autoridades de la Escuela y a la Comisión Directiva MUCHAS GRACIAS.
A vos Roger,
Que te conozco desde que eras un chico,
Que estuve acompañandote y enseñandote en la preparacion de tu Bar Mitzva y ahora vos me enseñás a mi...
Agradecerte todo lo que nos acompañaste, y nos ayudaste para que este viaje sea imborrable en nuestras memorias.
Me llevo de esta masá una valija mucho más grande que la que perdí.
No creo que la vean, pero les aseguro que está repleta, rebalsa y se muere de ganas de explotar y poder transmitir a los que aún no vinieron lo que esto significa.
Está llena de fotos,
De momentos únicos e irrepetibles,
De inmenso dolor y profunda felicidad.,.
De incomprensión y ganas de poder explicar…
Aquí para mí no termina este viaje, sino que recién comienza.
Como nos decía Max, el sobreviviente con el que conversamos en la marcha, está en nosotros seguir transmitiéndo lo que pasó.
Sé que juntos lo vivimos con intensidad.
Sé que no lo vamos a olvidar y lo vamos a transmitir.
Gracias por compartir con nosotros este blog.
Marcelo Feiguin