viernes, 10 de agosto de 2007

Marcelo Feiguin "me llevo de este viaje"

C omo contestar la pregunta ¿cómo les fue en el viaje?

Como explicar en palabras lo que vivimos en esos 15 días?

Como transmitir el progresivo desgarro que sentimos día a día en Polonia?

Como entender lo que es capaz de hacer el hombre en contra del hombre?

Como describirles la inmensa felicidad e interminable regocijo al llegar a Eretz Israel?

Como pensar lo que es capaz de generar el hombre a pesar de las dificultades extremas?

Como transmitir lo que vivimos a nuestros seres queridos?
Como transmitirlo a nuestros compañeros de la escuela?




Junto a un grupo de alumnos de las Escuelas ORT participamos en el programa “Marcha Por la Vida” conjuntamente con otras instituciones a nivel mundial.
Esta experiencia fue para todos nosotros una fuente de sentimientos y realidades que nos llevó a descubrir más allá de lo escrito en los libros de historia.
La realidad nos fue cambiando los “colores”, nos fue conmoviendo de a poco pero muy profundamente. Nos fue oscureciendo ese pasado que conocíamos y que revivíamos a cada paso.
A medida que íbamos conociendo los distintos lugares como el Ghetto de Varsovia, los campos de exterminio, las fosas comunes en pueblitos anteriormente habitados por población judía, cementerios, ieshivot y sinagogas que han perdurado, comprendíamos que la vida judía en Polonia dejó una marca imborrable a pesar de toda la destrucción planificada del nazismo.

Dicen que después de la tormenta…viene la calma…



Viajamos a Israel
Y la alegría invadió nuestros corazones, fue una luz que se encendió y cada día vivido fue intenso y único. Fue la respuesta que cada uno de nosotros esperaba luego de la angustia vivida en Polonia.

Nos unimos en cada acto o encuentro a la canción que nos guió y nos unió con los otros contingentes: el Hatikva.



Y el grito de nuestros corazones cada vez fue más fuerte y adquiría más sentido: Am Israel Jai.